Mi vuelta al blog es para tí. Para tí que has sido por siempre y serás un marcador de generaciones, un recuerdo de la infancia. Recuerdo que cuando te veía nunca te elegía y como yo, el resto de los niños. Siempre te colocaban en un lugar privilegiado dentro de tu hábitat, tras los cristales principales o junto a la ventana, el primero, a vista de todos ya que quizás esa éra una salida rápida para tí pero por desgracia no lo era. Todas las cajas de tu alrededor cambiaban de colores y formas casi a diario excepto tú que te ibas endureciendo día tras día en el mismo lugar dónde una vez te colocaron.
Sólo te recordábamos cuando comprábamos una bolsa ya hecha y la repartíamos entre nuestros hermanos. Tú, seguías siendo la última en ser elegida, por eso hoy, esto va por tí.
A la chuche que nadie eligió pero que todos nos comíamos al final y siempre acabábamos pensando: pues no está tan mala... Gracias a ella, en forma de platanito amarillo y sabor incierto, nuestros hijos en un futuro también pelearan por no comérsela. No te extingas...
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